La obra que presentamos, libro fundador de la historia de Filipinas, vio la luz en México en 1609. Casi desconocido en nuestra historia, aquí aparece en una edición crítica y comentada que establece el texto por primera vez, con el fin de rescatar su extraordinaria importancia, tanto desde el punto de vista histórico como filológico, no sólo para la cultura de las islas Filipinas sino del mundo hispánico de su tiempo, y, particularmente, de México.
La riqueza léxica y filológica de los Sucesos de las Islas Filipinas es expresión del castellano como lengua viva en relación con muchas otras culturas y lenguas. Hallamos en el libro americanismos, nahuatlismos y gran número de voces de Asia Sudoriental y de idiomas filipinos: términos de los tráficos comerciales, de autoridades, costumbres, pesos y medidas, naves, plantas y animales, muestra de culturas y tradiciones entonces vigentes en su relación con nuestra lengua, muchos de los cuales no permanecieron en español y otros tampoco se mantuvieron en las Islas.
Escrito por un oidor de Manila que había pasado ocho años en las Islas, el libro describe los intentos de España por colonizar el archipiélago, por llevar el cristianismo a Oriente y dominar los tráficos de la especiería, en la época de mayor expansión de las ambiciones españolas en las Molucas.
En ese inmenso escenario, al que se asoma ya agresivo el mercantilismo, viven en las páginas de Morga las arriesgadas entradas en Camboya, las guerras con los terrenates, las complejas relaciones con el Japón y la frustrada penetración en China. Todo ello sujeto a la dependiente relación con la Nueva España, gracias a aquellos galeones que, cargados de mercaderías y sueños, y acechados por tempestades y piratas, atravesaban aquel océano nada Pacífico.